Utilizando la magia

25.08.2009 13:08

El arte de la magia es uno de los más antiguos del mundo. Se dice que Dedi fue el primer mago allá por el antiguo Egipto, el cual luego de decapitar un ganso, hizo volver su cabeza al lugar de origen. Este es el primer acto de magia del cual se tiene registro.

La primera vez que vi un juego de magia fue en mi casa. Recuerdo que el mago Luas, muy amigo de mi familia, nos visitaba a veces, y utilizando solo sus manos y una moneda, lograba hacerla aparecer y desaparecer evadiendo toda ley física y todo entendimiento. Esa magia fue la que me cautivo para siempre. Las personas, normalmente piensan que la magia ocurre en las manos y no es así. La magia se produce en la mente. Lo que se intenta es engañar a la mente y seducir el espíritu. Que la gente se involucre y comparta por unos momentos, la sorpresa y el misterio. Un misterio sin nombre, sin tiempo, sin idioma. Es una religión sin dioses.

La magia es hacer el movimiento justo en el momento justo.

La magia siempre me sirvió para crear lazos, puentes. Al hacer magia, se le comunica al otro, de manera implícita, que nada es imposible. Que existe la esperanza y se puede llegar más allá de las posibilidades. Es creer que algo fantástico puede ocurrir si se aprende a soñar, a dejarse sorprender, a confiar en uno mismo.

Al ver magia, uno lo que hace es jugar al como si. Aunque crea que lo que está ocurriendo entre esas dos manos es falso y existe una “trampa”, uno juega a creer y dejarse seducir, porque a cada uno, la magia le afecta de distinta manera. El ilusionista intenta que nos involucremos. La finalidad de un buen mago no es que lo veamos como un “engañador”, una persona solo hábil de manos, sino que se involucre al espectador y compartan juntos el misterio. La magia es un embrujo que atrapa al hombre para hacerlo más libre.

                                                                                                                    Maximiliano Fornari

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