"Que sepa abrir la puerta para ir a jugar"

26.10.2009 23:36

Charla sobre el juego y el humor en el trabajo con niños.

El pasado sábado 24 de octubre, fui invitado como disertante en la 3ra. Jornada de Acompañamiento Terapéutico realizada en la Universidad de Kennedy, en Buenos Aires. Fue un cálido encuentro con otros acompañantes y así nutrirnos con sus vivencias, la diversidad de encuadres, experiencias y trabajos todos ellos muy bien logrados.

Elegí el tema del juego y el humor pensando en mi trabajo cotidiano con mis pacientes. y cómo esto me ayuda, y "nos" ayuda a recorrer nuevos caminos. Aquí un fragmento de mi charla.

 

“Que sepa abrir la puerta para ir a jugar”

 

En nuestra formación como Acompañantes Terapéuticos, se le da un lugar muy importante a lo que llamamos el perfil del Acompañante. A esto se le puede decir que son las capacidades y características que un futuro AT tendría que tener. Y creo que en la función y en el trabajo cotidiano del AT hay una capacidad que tiene que desarrollar: la creatividad. Sobre todo en el trabajo con niños. Esta capacidad creativa, permite al Acompañante abrir la puerta a lo lúdico, al trabajo con el humor. La creatividad esta vinculada con lo nuevo, con una nueva forma de visión, con la transformación y los procesos de reestructuración. La creatividad está estrechamente vinculada con lo que llamo “la caja de herramientas” del Acompañante. Es decir, el cúmulo de recursos que se tiene al momento del trabajo con cada paciente. Así como existen muchas herramientas en una caja,  el Acompañante tendría que tener muchas herramientas en su práctica.    

 Quisiera desarrollar dos aspectos que son fundamentales a la hora de trabajar con niños. El primero es el juego.

El juego es un gran facilitador de tareas. Se sabe científicamente que el juego es una acción vital para el niño en su crecimiento, razón por la que el juego y la salud son dos factores inseparables. Es una forma inmejorable para una enorme cantidad de cuestiones de la vida cotidiana, de la salud como factor integral de la persona y de las cuestiones sociales.

Por esto, resulta paradójico que el juego, el jugar y la disciplina lúdica, tenga relativamente poca existencia en algunos los campos profesionales. ¿Cuáles son las causas de esta contradicción entre el decir y el hacer? ¿Por qué no se aplica en cantidad y calidad de juego? ¿Por qué en nuestras escuelas se juega cada vez menos?

Sabemos que el juego es un creador de momentos y espacios de mucha libertad. En el momento de jugar se logra un sentimiento de liberación que sin duda alguna promueve la creatividad y la participación.

En mi trabajo cotidiano como AT trato de darle prioridad a este aspecto. Porque el juego no solo tiene que comprometer físicamente el cuerpo, los movimientos, sino también a nivel mental, que está dado por una manipulación de la realidad como yo lo defino. Es decir, jugar significa tomar eso que me llamó la atención de la realidad y manipularlo de forma que pueda surgir algo nuevo. Jugar es pensar diferente.

Existe un libro de un autor llamado Erich Fromm que se titula “El miedo a la libertad”. Allí trata sobre diferentes miedos sociales. Pero si decimos que el jugar es algo vital, ¿Por qué será que le tenemos miedo a la libertad en el juego?

El miedo a la libertad lo tienen los que mandan autoritariamente, no dejan crecer, no permiten lo crítico, los que detentan un personalismo excluyente, los violentos en todo sentido, los dogmáticos, los que no les gusta jugar.

El juego establece nuevas reglas, limites distintos a los convencionales y cuestiona lo establecido.

Vivimos muchas veces en lo que algunos dicen una “cultura de lo serio”, en donde se articula el estereotipo niño-solo juega, adulto-no juega. Donde muchas veces la esperanza y la salvación se encuentra en una pastilla, o en algún otro químico que aplaque el malestar cultural. Lo serio consecuentemente no es no jugar. Jugar por el contrario es cosa seria si se la hace bien. Porque el jugar, el jugar bien para los niños, es algo muy serio. Muchas veces el niño no tiene otra manera de expresarse, que actuando lo que les pasa. Lo que no se dice se hace dice Lacan.

El juego es siempre una cuestión de contexto. No es lo que hacemos sino cómo lo hacemos. Nos permite reinterpretar la realidad y producir algo nuevo, y evita que permanezcamos rígidos y acartonados. El juego siempre es movimiento en este sentido.

El juego nos posibilita reordenar nuestras capacidades y nuestra identidad para poder usarlas en formas imprevistas. Es usar lo que soy con lo que me pasa.

Escuchamos muchas veces decir que no hay personas enfermas sino enfermedades. Yo creo que no hay niños enfermos, sino enfermedades. Y por consiguiente, todos los niños tienen capacidad para jugar. Seguramente algunos más, otros menos, pero todos tienen la capacidad y el deseo de jugar. Por eso el AT tiene que ser altamente creativo, para saber cual es ese deseo, pero también tiene que ser altamente lúdico.

El humor también debe ser una característica y un elemento esencial al momento de trabajar con niños. Lo podemos definir como la capacidad de expresar con palabras, gestos o actitudes corporales los elementos cómicos, incongruentes o hilarantes de una situación dada, el cual logra un efecto tranquilizador y placentero. Particularmente, tomo el humor como una estrategia de ajuste que ayuda a una aceptación madura de la desgracia común y facilitar así la distancia con el problema y con la situación de dolor.

El humor le quita el sentido trágico a la realidad. Aristóteles dice: es la imitación de los caracteres débiles: torpes, etc. Es la burla que no produce dolor. En la tragedia es el héroe abatido, en la comedia es el torpe que triunfa.

El humor nos muestra cómo la percepción de una situación puede reconfigurarse súbitamente y producir un cambio en el afecto y comportamiento de los pacientes.

Ahora, ¿Porque hace bien reírse?

*      La risa es un ejercicio muscular que moviliza la mayoría de los músculos del cuerpo, abdominales, cara, miembros.

*      Actúa sobre el eje respiratorio: dilatación de bronquios, aumento del volumen respiratorio.

*      Es un estimulante cardiovascular: baja la tensión arterial, disminuye el ritmo cardíaco.

*      Libera endorfinas cerebrales, actúa sobre el dolor y aumenta la secreción de serotonina.

*      Actúa sobre el sistema neurovegetativo, disminuye el estrés, favorece el sueño.

*      Es un estimulante psíquico.

Ahora bien, ¿cómo acercarnos y trabajar con niños con discapacidad desde este lugar que nos propone el juego y el humor?

Partamos de algo nodal. Si uno se queda mirando mucho a la discapacidad, a los diagnósticos, o inclusive a los pronósticos, se pierden un montón de cosas que el niño podría realizar. El terapeuta, entonces, corre el riesgo ya sea por prejuicio o por el condicionamiento de las expectativas trazadas (es decir, qué se espera de esa enfermedad), no le propone actividades por las limitaciones de ese síndrome. Entonces, si estamos más ocupados del síndrome, nos olvidamos del niño.

 

Podemos preguntarnos: ¿de qué se ríen los niños? Tomando algunas ideas del musicoterapéuta Luis Pescetti, podemos encontrar:

1)    De rebelarse contra la autoridad; así estén representados por:

o   Una persona

o   Una institución

o   Una regla de comportamiento

o   Valores impuestos                                -de invertir roles

                                                                  -de trastocar las cosas tal

                                                                  como son

                                                                  (reglas de lenguaje, formas  

                                                                   lógicas, principio

                                                                                   de realidad, convenciones  

                                                                                   sociales)

                                                                                  -de modificar cosas

                                                                                   conocidas (cuentos,

                                                                                   imitaciones, caricaturas)

2)    De lo que da miedo (desafiarlo, vencerlo, humillarlo)

o   Autoridad

o   “Enemigos”

o   Enfermedad

o   Accidentes

o   Muerte

o   Abandono

o   Rechazo

3)    De la pérdida de control (trabalenguas, juegos rítmicos)

Con esto podemos deducir, que los motivos que hacen reír a un niño son idénticos a los que hacen reír a un adulto. A medida que uno crece, la naturaleza de lo cómico no varia; sólo lo hace en matices, temática y complejidad.

Ahora bien, el humor está muy ligado al juego. Porque para que surja lo cómico la persona tiene que poder jugar con ideas y elementos, y disponerlos de otro modo. El humor, al igual que el juego, se da en el terreno del “como si”. A este terreno lo podríamos llamar “Espacio transicional”. Es un espacio en el que puedo armar y desarmar la realidad de forma lúdica. Así como en clave de Winnicott hablamos de que el objeto transicional le sirve al niño para conocer el mundo, el espacio transicional es un lugar simbólico que nos sirve para jugar con ese mundo ya conocido.

El juego es una manera de conocer y discurrir el mundo. El humor es la manera de conocer y discurrir las reglas de ese mundo y las del lenguaje. Es decir, para que haya risa tiene que haber un conocimiento mínimo de contexto, de reglas de comportamiento y de lenguaje, de cómo es “lo normal”, de saber si algo es adecuado en su momento. Sólo si está ese conocimiento, ya seamos el que lo hace o el que lo recibe, es posible reírse cuando algo se trastoca, se pone patas para arriba.

Lo humorístico surge cuando intencionalmente ponemos algo patas para arriba, demostrando con eso que tenemos tanto dominio que lo presentamos al revés porque sabemos cómo se presenta al derecho. Fomentar el humor, además de implicar ese conocimiento del mundo, y su gozo, es una manera elaborada de trabajar el lenguaje. Enseña a hacer una segunda lectura, ya que los chistes se basan en oscilar entre dos interpretaciones posibles.

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