A veces sentimos que las cosas cambian, que nuestro alrededor cambia y eso hace que nosotros también cambiemos. No por condición camaleónica, sino porque lo que nos rodea influye sobre nosotros de tal manera que nos parece que ya no somos los mismos. A veces generando cambios positivos, y otras veces, los otros. Pero lo que nos muestra esta poesía de Liliana Cinetto, es que podemos tener cientos de cambios, pero la esencia que nos hace ser lo que somos, que nos atraviesa, nunca se pierde.
La lluvia
La lluvia traviesa
que todo moja
besa una manzana
y se vuelve roja.
Viaja con el viento
y cuando se pierde
se enreda en los árboles
y se vuelve verde.
Les teje a los mares
un traje de tul
con olas de espuma
y se vuelve azul.
Trepa hasta las nubes
y en una pirueta,
la lluvia entre risas
se vuelve violeta.
Si a los girasoles
las hace cosquillas,
pétalo por pétalo
se vuelve amarilla.
Y si el sol la entibia
a la madrugada
la lluvia se vuelve
toda anaranjada.
Vestida de noche,
salpica a las piedras
que el río acaricia
y se vuelve negra.
Y cuando la luna
entre carcajadas
le cuenta secretos
se vuelve plateada.
Liliana Cinetto
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