Encuentro genial

23.01.2010 12:27

Camino a su escuela, Esteban tropezó con una pequeña lámpara. La levantó, la frotó para limpiarla y de adentro de ella comenzó a salir un genio mágico envuelto en una nube grisácea.

-Oh! amo, gracias por liberarme de mi encierro de tres mil años. A partir de ahora, puedes pedirme tres deseos.

-Ehh… Y dígame señor, ¿cómo sé que usted es un verdadero genio?.

-Porque he aparecido dentro de ésta lámpara. Y ahora tú eres mi amo y tendré que concederte tres deseos.

-Pero que salgas de una lámpara, te vistas con un turbante y ropa rara no significa que seas un genio. Identificación por favor.

-Pero… Soy Amir Ham Samir, genio de las lejanas tierras del Oriente.

-Aha, ¿DNI tenés?

-Ehh… no. ¡Pero soy un genio!.

-Bueno, yo termino las tareas de matemáticas primero en mi clase, y por eso no me creo un genio, ni vivo en una lámpara de lata ni me aparezco a la gente por ahí. ¿Aparte qué es esa ropa que llevás?

-¡Es el traje especial para genios! Confeccionado con telas del lejano oriente y regalado por el mismísimo sultán.

-¿Sos un genio y te tienen que regalar ropa? ¿Entonces no sos un genio de verdad, de verdad?

-¡Pero claro que sí! Esteee… ¡puedo hacer maravillosas proezas!

-Pero no creo que seas un genio de verdad. Me parecés medio trucho vos.

-¡Yo soy el gran genio del Oriente! He estado encerrado durante tres mil añ…

-Si si, esa parte ya me la dijiste. Encima de trucho medio olvidadizo me pareces.

-Ehhh. ¿Yo? No, no. Yo me acuerdo de las cosas. Tengo una excelente memoria.

-Ah, ¿si? ¿Y entonces cómo me llamo?

-Esteee… Me habías dicho… Eeehh… Yamir!

-…

-Samir?

-…no

-Mmm… ¿Mustafá?

-¿No ves? Ni para mago principiante servís. Ni te acordás que ni te dije mi nombre.

-Pero… bueno… un error lo tiene cualquiera. ¿No es cierto?

-¿Un error? ¿Y si te pido un deseo y te equivocas? No va que te pido una bicicleta nueva y me convertís en un sapo por decir algo. Nuuu! ¿Estás loco? Aparte andando por la calle sin identificación ni nada. Sin carnet siquiera de conducir debés tener. Te olvidás de todo, un desastre. ¿Aunque sea obra social tenés?

-¿Qué es eso?

-¿Encima no tenés? ¿Mirá si te pasa algo? Sos medio irresponsable me parece. Te caés, chocás con la lámpara o cualquier otra cosa… ¿y? Que hacemos, ¿eh?

-Ehh, yo…

-Si si, excusas. Mejor sigo viaje sino me vas a hacer llegar tarde al colegio. ¡Chau trucho!

-Pero… espera… ¡Nadím!... ¡Rashad!... ¡Taléb!...

En la esquina se encuentra con Augusto, un amigo de la escuela.

-¿Con quién hablabas Esteban?

-Nada, con nadie. Che, ¿vos llevás documento encima, no?

-Si, ¿por?

-No, por nada.

 

Maximiliano Fornari

       18/01/10

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